Vuelvo a descorchar un post en este blog hablando de mis preconcepciones, ese pequeño gran cabroncete que hace que me ponga delante de películas, cómics, libros o discos con el pensamiento de "esto no me va a gustar". Y es que Macanudo lo tenía todo para no gustarme: venía aclamado por el público de Maitena y por su propia autora (que no es que no me guste lo que hace, pero no me acaba de atrapar y, en ocasiones, me parece facilón y falto de mordiente), utilizaba un formato de tira con el que ya he tenido demasiadas buenas experiencias (desde Azumanga Daioh hasta el genial Get Fuzzy) y, desde sus primeras páginas, hacía gala de ese humor argentino que me carga con demasiada facilidad... Pero si todo esto me molestaba en las tres primeras páginas, en la cuarta ya estaba absolutamente rendido a la obra de Liniers.
Y es que las tiras de este autor desprenden una inocencia y una ilusión desarmantes. Teniendo en cuenta que, hoy por hoy, el 80 % de la cultura que consumimos está totalmente impregnada por el malestar y el pesimismo, mientras que otro 19 % se basa en el sarcasmo y el cinismo como arma para enfrentarse a la realidad; Macanudo vendría a acaparar el 1 % restante. Un 1 % dulce y necesario. De sus mini-historias se desprende una cosmogonía optimista, centrada en la belleza de los detalles. El trío formado por Enriqueta (una niña), Fellini (un gato) y Madariaga (un oso de peluche) vendría a sintetizar esa visión a la altura de los ojos de un niño que tanto recuerda a El Pequeño Príncipe. Y la proliferación de pingüinos y duendes es de esos recursos que te arrancan una sonrisa desde el primer vistazo. Después también existen los micro-retratos de personas normales y corrientes, de cotidianidades absolutas pero maravillosas. Incluso cuando Liniers aborda cierta mirada irónica (en los casos de la vaca cinéfila o el hombre que traduce los títulos de las películas americanas al castellano), lo hace de forma divertida, sin maldad.
Y es que al autor le gusta martirizarnos: por mucho que tengas tus personajes preferidos, Liniers se guía por la aleatoreidad total para elegir el orden de las tiras (que, supongo, se publicaron en algún diario previamente, día a día). Así, como quien no quiere la cosa, devoras tomo detrás de tomo. Random House / Mondadori ya han publicado los dos primeros recopilatorios de Macanudo, y el tercero debería estar al caer. Así que no tienes excusa: si te lees las tiras que adjunto en este post y no esbozas una sonrisa cómplice, es que no tienes corazón. No te preocupes: aún te quedará un 99 % de producción cultural del mal rollo para disfrutar con ella.
1 comentario:
Grande Liniers, aunque últimamente está decayendo un poquito.
Publicar un comentario