miércoles, 17 de diciembre de 2008

cine. Bolt... por fuera y por dentro.


Bolt... por fuera. Si nos quedamos en la superficie (y, de hecho, no creo que el film quiera ir mucho más allá), Bolt es una película excelente. Te mantiene una hora y media delante de la pantalla con la ilusión pegada a las pupilas como si fueras un niño de seis años, todavía fascinado por los animalillos en general y con tus dudas de que, al darles la espalda, hablan entre ellos (cuando creces, a eso se le llama manía persecutoria... pero ese es otro tema). El metraje está plagado de personajillos entrañables destinados a arrancarte frases del tipo "ooohhh que mono" y "uuuhhh que ricura" cada dos minutos (especial mención de la gata Mittens y las palomas). Y, lo que es mejor: la trama bascula sabiamente entre la ñoñería familiar y una acción qué ya querrían para sí los últimos intentos de Stallone en la gran pantalla. Las escenas adrenalíticas están genialmente dosificadas para fascinar sin llegar a hastiar al espectador que, al fin y al cabo, quiere momentos de ternurita y salir del cine con una eufórica sensación de optimismo.


Bolt... por dentro. Pero la comparación es inevitable: precisamente por el hecho de que John Lasseter está metido en el proyecto de refilón, tarde o temprano uno acaba comparando Bolt con las últimas obras maestras de Pixar. Y no sale muy bien parada: el film es un entretenimiento excepcional, eso no se lo quita nadie... Pero ya está. Tal y como decía en el párrafo anterior, puede que las pretensiones de la película no vayan más allá, pero ese arranque en el que se nos presenta a un perro totalmente convencido de que el set de rodaje es real hace que tu cabeza vuele hacia las posibilidades de sub-lecturas que seguro que hubieran aprovechado Pixar. Pero no nos dejemos llegar por el "qué pudo ser". Repetimos: las pretensiones de Bolt no van más allá de dejarte en la puerta del cine con una sonrisa bobaliconamente feliz (y con ganas de comprar peluches de todos sus personajes). Y a fe que, si eso es lo que busca el film, lo consigue de sobras.

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