lunes, 11 de agosto de 2008

tv series. Little Britain


Cuando acabas de ver las tres temporadas de Little Britain lo único que puedes hacer es exclamar: "esto es España... ¡y qué mal estamos!". Es inevitable pensar que mientras que los británicos se dejan hipnotizar por el humor de David Walliams y Matt Lucas, por estos lares la lobotomización viene de la mano de Muchachada Nui en el mejor de los casos y de Escenas de matrimonio en el peor. Pero no nos pongamos apocalípticos. Que ese no es el sentido de este post. Más bien quería, simple y llanamante, hablar de Little Britain. Para aquellos que no la conozcan.



Little Britain fue, primigeniamente, un show radiofónico en el que se plantó la simiente de la mayor parte de personajes que después se podrían disfrutar en la televisión. El show se basa en gags, y aunque el formato (y muchas salidas de tono) les acerca a Monty Python, el tono general también les emparienta con propuestas británicas trash como The young-ones. Pero dejémonos de referentes, porque lo cierto es que Lucas y Walliams han sido capaces de crear todo un universo que, tal y como se anuncia al principio de cada capítulo, pretende (y consigue) acercarse a los habitantes de Gran Bretaña. Lo hace, eso sí, a través de unos ojos cargados de mala leche y con una alergia evidente hacia lo políticamente correcto. Y lo mejor de todo es que, como en las mejores películas y series, la extracción y análisas de un sector concreto (la sociedad británica) realizado con la suficiente pericia acaba por resultarte cercano, comprensible e identificable. Demasiado identificable, a veces.

Ese es el caso de la maravillosa Vicky Pollard, una chola (quilla, chunga... como queráis) que si hablara en castellano bien podrías encontrarte en el metro un día cualquiera. Es, sin duda, uno de mis personajes preferidos, junto con dos de las creaciones más brillantes en lo que a humor se refiere de los últimos tiempos. El primero: Sebastian Love, secretario enamorado del primer ministro británico (encarnado por el mítico Giles de Buffy Cazavampiros). La segunda: Carol Beer, primero dependienta de banco y más tarde agente de viajes que acumula sobre sus hombros lo peor (y lo más divertido) que te puedes encontrar cuando te expones a alguien que trabaja "de cara al público". Me sabe fatal ahora dejarme a muchos otros personajes que me han hecho desternillarme a través de estas tres temporadas, tal y como Daffyd Thomas ("the only gay in the village"), Andy y Lou (que atacan directamente a tu capacidad para soportar chistes con minusválidos y retrasados), la señora Emery (lo mismo, pero con chistes sobre incontinencia de la orina), Marjorie Dawes (the same again and again, pero con chistes sobre gordos), Harvey Pincher (que pone a prueba tu capacidad de ver a un hombre adulto tomando leche del seno materno), Ray McCooney (escocés místico que, para mi pesar, desapareció después de la primera temporada), Linda Flint (secretaria universitaria que se pasa a base de bien con los alumnos), Bubbles, Anne... La lista es interminable.



Pero, para mi descontento, la serie no es interminable. Más bien lo contrario. Después de estas magníficas tres temporadas (que se disfrutan como un suspiro, con una velocidad devoradora y casi carnívora), sólo queda un especial de Navidad... y la posibilidad de que, en el futuro, tal y como afirman Walliams y Lucas, recuperen algunos de los personajes, inventen muchos otros, y vuelvan con esta Little Britain que bien podría ser Little World. También está la posibilidad de irse a Gran Bretaña a verlos en directo en alguna de sus giras con los mismos personajes de la serie... Pero si alguien contempla esa posibilidad, que intente ver algún gag de Vicky Pollard sin subtitular. Y que luego me diga.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Computer says little britain is a legend.

dust!

Cristian Rodríguez dijo...

a mi escenas de matrimonio me mola :(

Raül De Tena dijo...

Jajajaja!! Lo jodido es que Escenas de matrimonio es similar a Juno: pretende tener unos diálogos trepidantemente elocuentes... que se quedan en lo irreal. Pero si te mola Juno eres un indie-kid en toda regla... y si te mola Escenas de matrimonio, no. Pero nada, se agradece tu sinceridad. Esperaré a que salga Escenas de Matrimonio en DVD y ya tengo regalo de cumple pa ti!! :P

el otro cuarto y mitad dijo...

La abuela meona es muy fuerte...y a mi la Carol Beer esta me recuerda a la Bea del Latre...la verdad es que viendo gags de Little Britain me quedo con la sospecha de que el tiparraco ese lo queria hacer pero a la española (así le salió...)
A mi no me gusta Escenas de matrimonio...pero me gusta Aída.

Raül De Tena dijo...

Yo también soy fan de Aída, por dios. No entiendo porqué se va la mujer. Y no entiendo cómo coñe quieren seguir haciendo la serie sin ella.

Eso sí, si la serie sin ella pone todo el protagonismo sobre el hijo del panadero... QUE LA HAGAN YA!!

el otro cuarto y mitad dijo...

Es el efecto "Doctor en Alaska", que hicieron dos temporadas más...sin el doctor en Alaska (que se piró porque quería relanzar su carrera, hizo Quiz show y nunca más se supo).
Abogo por un spin off de Fidel!!! Queremos una serie dedicada a Fidel ya!! Y que vaya sobre su viaje iniciático desde los recovecos de Chueca hasta formar parte del elenco principal de Mamma Mia (haciendo de actriz protagonista).

Cristian Rodríguez dijo...

Monica Vitti clamaba al cielo en 'Desserto Rosso': 'Hay algo terrible en la realidad, pero nadie me dice lo que es'. El cine mola porque es irreal :) beso