jueves, 14 de agosto de 2008

libros. Mi verano ruso (II)


Atendamos a los diferentes interrogantes que puedan surgir cuando cualquiera se tope con el título de este post. ¿Mi verano ruso (II)? ¿Acaso estoy pasando el verano en Rusia? ¿Por qué hay un (II)? ¿Dónde está la entrada llamada Mi verano ruso (I)? En pocas palabras: no estoy en Rusia (de hecho, no estoy ni de vacaciones) y no existe la primera parte de esta entrada. Hubiera existido si este blog hubiese nacido unas semana antes. Pero como no es así, pasaremos directamente a la segunda parte.

Entonces, ¿qué es Mi verano ruso? No es, ni más ni menos, que mi intento hercúleo de leer en temporada de verano tres de las muchas obras capitales de la literatura rusa de los últimos tiempos. Las elegidas fueron Vida y Destino de Vassili Grossman (1111 páginas), Crimen y castigo de Fiódor Dostoievski (704 páginas) y Eugenio Oneguin de Aleksandr Pushkin (560 páginas). El orden que escogí, más allá de la aleatoriedad, respondía a una cronología inversa: empecé por el más contemporáneo (Vida y destino) y voy a acabar con el más antiguo (Eugenio Oneguin). También puedo dejarme de pomposidades y decir que más bien empecé por el más tocho de todos y acabo por el más corto. Pero, como a todo hijo de vecino, me gusta la pomposidad de tanto en tanto. Así que permitídmelo.

Ya habréis adivinado, entonces, que Vida y Destino debería haber sido el protagonista de Mi verano ruso (I)... Y a puntito estuvo de ser el único libro de esta aventura, porque la verdad es que su lectura supuso un esfuerzo titánico de aquellos que te hacen difícil ver la grandeza de lo que contienen sus páginas. Mentiría si dijera que, al plantarme delante del libro de Dostoievski, estaba ilusionadísimo con la perspectiva de otras 700 páginas sembradas de una onomástica surrealista (¡que alguien me explique cómo funcionan los nombres en ruso, por el amor de Dios!). Por eso, desde el principio de Crimen y castigo me sorprendió la transparencia y claridad con la que el autor aborda una trama más que apasionante. ¿Hace falta que explique el argumento? ¿Hay alguien que no sepa que Crimen y castigo es una brillante disección del complejo de culpa (y mucho más) de Raskólnikov tras asesinar a una vieja detestable pensando que eso le sacaría de la miseria? Pero es que la obra magna de Dostoievski es mucho más que eso: es un sublime retrato social, un estudio perfecto de la progresión narrativa a la búsqueda de la pasión del lector, una reflexión tremebunda sobre la fragilidad de la moral en la que vivimos...

No os preocupéis: no voy a seguir con mi vena pomposa. Too cool to be forgotten no va de eso... Pero en el caso de que alguien quiera enfrentarse a mi vena más snob, dejo constancia de que aquí podrá encontrar una reseña mucho más sesuda (igual que aquí se encuentra la reseña sesuda de Vida y destino). Para los que no quieran culteranismos, simplemente deciros: ¡deseadme suerte con Pushkin! ¡Que está escrito en verso en la primera mitad del siglo XIX! ¿Me aguantarán las fuerzas hasta un Mi verano ruso (III)? La respuesta, en un tiempo...


3 comentarios:

el otro cuarto y mitad dijo...

FRIKI!!

Raül De Tena dijo...

Cómo que friki? Por qué? Por el concepto de verano ruso? Por el cómic de Dostievski? Por quéeeee?? Qué he hecho ahora!!?? xD

Anónimo dijo...

oh, y to he sufrido las consequencias de este verano ruso, viendo la misma portada al lado de mi cama durante semanas mientras mis ojos se cierran cada noche

suerte que el que la sujeta es muy guapo! :P